Algunas respuestas

Éste es un fragmento de la entrevista para un reportaje de Marcos Ortiz (UCA), respondida por Mario Piche y Carlos Rivas (Tiara).



¿Cómo surge la idea de crear Metal Creciente?
Fue durante un ensayo, mientras hablábamos de las malas condiciones en las que han tenido que tocar las bandas salvadoreñas, y de cómo esa situación no ha cambiado mucho a lo largo de los años.
La paga es risible, si se compara con todo el esfuerzo que conlleva mantener activa una banda: comprar y mantener buenos instrumentos, hacer el tiempo y el esfuerzo de ensayar periódicamente, desplazarse y cargar todo en los ensayos y en los conciertos, sin mencionar el trabajo que implica componer y ejecutar la música.
Actualmente no hay espacios adecuados para conciertos de metal en que las bandas tengan buen sonido, buena iluminación, buena retribución, seguridad, limpieza, etc. Y de igual manera, espacios en los que el público pueda disfrutar plenamente de un buen espectáculo. Hay mucho talento en este país, muchos buenos músicos metaleros que podrían aumentar increíblemente la calidad de su producto artístico si tuvieran más oportunidades y mejores posibilidades.


¿Qué papel juega La Luna Casa y Arte en este proyecto de apoyo a las bandas de metal nacional?
Lo primero que pensamos fue que necesitábamos un lugar. El espacio en La Luna permite llevar a cabo conciertos con buenas condiciones, buen sonido y seguridad. Afortunadamente, hace poco La Luna renovó su equipo de bocinas y también compró un par de buenos sub-buffers, lo que nos da un valor agregado a la calidad de bandas que van a participar.
La Luna nos ha abierto sus puertas para llevar a cabo esta temporada de conciertos. Metal Creciente se concibió como un proyecto de 12 conciertos; por el momento tenemos 5 fechas el último sábado de cada mes, así que depende de la respuesta que éstos tengan para que la temporada se expanda y así el proyecto pueda tener un mayor impacto en la sociedad.

¿Cuál fue la reacción de La Luna al proponerle el proyecto Metal Creciente?
A Kike Huezo le pareció la idea desde el comienzo, cuando se lo propusimos en junio. Después de nuestra presentación en abril, él nos felicitó y nos ofreció otra fecha, así que tomando ese buen precedente decidimos probar suerte, al proponerle hacer una temporada de conciertos de metal diferentes, para mejorar las condiciones y cambiar mentalidades.

¿Qué los motivó a formar este proyecto de apoyo?
Por todo lo anterior, decidimos tomar la iniciativa de organizar algo por nosotros mismos, en donde el punto de partida fuera mejorar las condiciones que hasta ahora hemos tenido. Así comenzamos a planear y a convocar a las bandas que harían de este proyecto una realidad.


¿Cómo ha sido la experiencia al coordinar este proyecto?
No ha sido fácil, pero definitivamente ha sido muy gratificante. En nuestro caso particular, como agrupación de metal, nunca antes habíamos pegado siquiera un afiche, porque usualmente participábamos en conciertos que alguien más organizaba. Ahora, como colectivo, hemos tenido que pensar en la logística, convocar a las bandas, diseñar afiches, pautar entrevistas, acudir a los medios y todas esas cosas que no sabíamos que involucraba el realizar un concierto.
Éste ha sido un año un tanto frenético, en el buen sentido, porque el colectivo ha logrado mucho en poco tiempo y como individuos hemos crecido, haciendo cosas que ni siquiera sabíamos que podíamos hacer, pues como suele suceder, eso solo se descubre cuando se da el paso del anhelo al intento.

¿Cuáles eran los objetivos que deseaban alcanzar?
Los objetivos han sido similares a los de nuestro colectivo: dignificar el arte que hacemos, concretar un producto bueno, abrir más espacios para el metal salvadoreño (ahora que nos presentamos en dos teatros queremos buscar otros escenarios que no se hayan utilizado antes para tocar metal), ser percibidos como artistas y botar los prejuicios que por tanto tiempo ha tenido el metal, entre otras cosas.

Ahora, ¿cuáles objetivos desean lograr?
Poner en marcha Metal Creciente: demostrar que el talento salvadoreño se merece algo mejor, que las bandas y el público pueden tener algo mejor. Definitivamente nos gustaría que este proyecto, que ahora es parte de la escena metalera, sea una inspiración para artistas de otras ramas, así sean músicos, teatreros o bailarines.

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